Bueno bueno bueno...no se que día comenzamos con Cuadernia, ese maravilloso cuaderno interactivo...por no decir otro adjetivo. Si resumimos en una palabra todo el proyecto creo que sería desesperación o algo similar. Creo que no nos pueden pasar más cosas, o sí, quién sabe, pero no queremos añadir ninguna más.
Primero no se nos guarda el proyecto en el ordenador de clase, lo que implica volver a buscar las imágenes empleadas y escribir el texto; luego nos obcecamos por hacer casi 25 actividades, pero nos dimos cuenta que eso no era imposible porque nos costó hacer 3, ¡cómo para hacer más de las indicadas! Por ser un grupo de tres, teníamos que añadir más cosas, de ahí nuestras ganas de hacer tantas actividades. Pero ahí no acaba todo, Patri se lo lleva a su casa para poder avanzarlo con posterior vuelta de pendrive a Laura y María para que terminaran...y nada más lejos de la realidad, Patri no puede exportar el libro con 38 páginas ya hechas.
Esto llega a un punto de no saber qué hacer, si llorar o reir.. así que, perdemos tres horas de clase para poder mirar qué le pasa a Cuadernia y probar si se puede exportar. Pero nuestro gozo en un pozo...aunque tenemos una humilde solución, grabar con la cámara de vídeo el proceso para que Patricia vea que no nos estamos inventando nada y que es verdad que no podemos exportarlo.
Todavía no tenemos solución al dichoso problema, mañana o el lunes lo sabremos.
Por cierto, no tenemos ninguna duda de que alguien nos está haciendo VUDÚ
Jeje María vaya foto más adecuada pusiste, para expresar lo que sentiamos en esos momentos frustrantes...nos veiamos con la CPU en Escuni.
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